Jose Maria Labeaga: “La longevidad se está percibiendo como una amenaza, pero debe entenderse como una oportunidad”

Una creciente esperanza de vida tiene consecuencias económicas para la sociedad. El profesor de la UNED Jose Maria Labeaga analizará retos y necesidades en este sentido en la próxima edición del Longevity World Forum.

En términos generales, ¿cuáles han sido los principales efectos económicos del aumento de la esperanza de vida hasta ahora?

El aumento de la esperanza de vida ha de contemplarse como un desarrollo muy positivo. Seguramente, lo que no ha sido tan positivo es la forma como los países han afrontado este reto, que se ha producido al mismo tiempo que ha descendido la tasa de fecundidad. Fundamentalmente, la peor consecuencia de no haber tomado medidas que afrontaran estos cambios ha hecho que los efectos del aumento de la longevidad no han sido hasta el momento, desde el punto de vista económico, muy halagüeños. En consecuencia, las empresas no han aprovechado las capacidades de la población activa de cierta edad y los gobiernos no han tomado las medias para lidiar con la presión creciente sobre las cuentas públicas que han ido añadiendo los programas de beneficios/subsidios.

En su opinión, ¿la longevidad es una amenaza o una oportunidad para la economía?

En términos generales, la longevidad se está percibiendo como una amenaza, pero mi opinión es que, con los debidos cambios, debe entenderse como una oportunidad. ¿Por qué? La introducción de mejoras relacionadas con la salud y en el funcionamiento del lugar de trabajo, así como el cambio de un trabajo que, actualmente, exige esfuerzo a otro que, fundamentalmente, va a exigir conocimiento, significa que un porcentaje creciente de personas en la franja de los 60 y de los 70 años, que en el pasado (incluso hoy en día) no contribuían a la economía, van a estar en disposición de poder hacerlo. De seguir la evolución actual, sabemos que un porcentaje relevante de trabajadores en esa franja de edad prefieren trabajar a tiempo parcial, por lo que, de existir demanda de empleo para ello, debería incrementarse la edad de jubilación y reducir la presión sobre los gastos a dicha edad. Además, los trabajadores de mayor edad tienen una rica experiencia y un vasto conocimiento que puede resultar de gran utilidad. Por supuesto, ese deseo de mantenerse en el mercado de trabajo también exige cierto equilibrio con la necesidad de mantenerse actualizado y, en consecuencia, precisa reciclado o actualización de conocimientos a través de la formación continua.

Concretamente, ¿qué implicaciones económicas tiene para España ser uno de los países con mayor esperanza de vida del mundo?

Como no se han producido los cambios necesarios para la adaptación a los nuevos tiempos y, además, se produjo una grave crisis económica, se han visto afectadas las partidas de gasto dedicadas a sanidad y dependencia que afectan de forma tan relevante a los mayores. En este contexto de austeridad y de incremento del gasto en pensiones, las prestaciones sanitarias, incluidas las prestaciones para dependencia han experimentado recortes presupuestarios relevantes sin haber llegado a completar el desarrollo de Sistema de Atención a la Dependencia. Los usuarios de medicamentos vieron, asimismo, recortadas sus prestaciones y se introdujo un copago que incluso afectó (con un umbral de gasto) a los gastos en medicamentos. Las pensiones sufrieron congelaciones durante los primeros años de la crisis. En definitiva, estos desequilibrios presupuestarios pueden verse afectados en los próximos años en un contexto de esperanza de vida tan elevada si no se afrontan las reformas necesarias.

¿Se podría decir que la longevidad se capitaliza o que también es un negocio?

Ambas cuestiones suceden al mismo tiempo. Por lo que se refiere a España, tanto en términos de renta como de riqueza, las generaciones de mayores son las que mejor han soportado la crisis económica y, en consecuencia, varios sectores (turismo, seguros, incluso determinados sectores de venta de bienes y servicios tanto no duraderos como duraderos) consideran a estas cohortes un segmento de mercado en el que hacer negocio.

Si de Ud. dependiese, ¿qué medidas a corto-medio plazo tomaría para aprovechar las ventajas de este fenómeno?

El reto no se puede afrontar de forma simple ni con medidas parciales y a corto plazo. Hace falta una estrategia global y transversal a numerosas políticas. Sin embargo, parece conveniente que se lleguen a acuerdos en términos de sostenibilidad del sistema de pensiones y adecuación de las cuantías a las necesidades de los receptores.

¿Por qué ha decidido participar en un congreso como el Longevity World Forum, y qué idea le gustaría transmitir?

Porque creo que el envejecimiento es uno de los retos actuales más importantes. Es apasionante desde el análisis (investigación) y es relevante desde el punto de vista de la toma de medidas de política económica y social. Me gustaría transmitir claramente una idea que refuerce la necesidad de equidad intergeneracional para lo que hace falta que haya conciencia y solidaridad entre diferentes generaciones.