El gasto de una persona con dependencia severa es 13.300 euros anuales superior al de una persona mayor sana

La fragilidad, entendida como “un estado de mayor vulnerabilidad al estrés que conlleva un aumento del riesgo de dependencia, deterioro funcional, hospitalización y mortalidad en personas ancianas”, se trata de “un problema muy importante para la sociedad”, según afirma Mari Carmen Gómez Cabrera, doctora en fisiología de la Universitat de València. Prueba de ello es que el gasto de manutención de una persona mayor con dependencia severa es de 14.000 euros/año, mientras que una persona mayor vigorosa requiere 700 euros/año.

Siguiendo con la información facilidata por la Dra. Gómez Cabrera, la fragilidad afecta actualmente a 2.5 millones de personas en España. Asimismo, matiza que nuestro país es uno de los cinco de la Unión Europea con mayor número de personas en riesgo de desarrollar dicha condición. Con todo, hace hincapié en la necesidad de promover estudios al respecto. “Los retornos de las intervenciones en fragilidad serían enormes, tanto para la sociedad como para las personas que sufren el envejecimiento no saludable que queremos prevenir”, afirma.

La fragilidad se puede revertir

Justamente, el grupo de investigación Freshage en el que la Dra. Gómez Cabrera trabaja ha publicado un ensayo clínico en colaboración con el Hospital de la Ribera en el cual se demuestra la reversión en fragilidad gracias a la actividad física. “Encontramos que los/as pacientes frágiles que siguieron un programa de ejercicio multicomponente durante seis meses fueron capaces de revertir la fragilidad de forma muy significativa, lo cual se acompañó de mejoras antropométricas, funcionales, cognitivas, sociales y emocionales relevantes”, explica.

El envejecimiento saludable centrará la intervención de la Dra. Gómez Cabrera en el Longevity World Forum, el congreso internacional que tendrá lugar los días 13, 14 y 15 de noviembre en Valencia, donde coincidirá con referentes científicos en esta materia como María Blasco, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), que recientemente ha logrado aumentar la longevidad sin intervención genética en modelos de ratón nacidos con telómeros más largos de lo habitual; o Manuel Collado, jefe del laboratorio de células madre en cáncer y envejecimiento en el Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago (IDIS), quien acaba de descubrir que el principio activo del extracto de la Digitalis o dedalera es capaz de eliminar de forma selectiva las células senescentes.

También será el caso de Pura Muñoz, investigadora del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), quien este año ha recibido el Premio de Investigación Médica Jaume I por sus aportaciones en los mecanismos moleculares del envejecimiento; o de Manuel Serrano, doctor y catedrático que actualmente trabaja en el programa ICREA del Institut de Recerca Biomèdica de Barcelona (IRB Barcelona) liderando investigaciones sobre senescencia y plasticidad celular; entre otros/as.